Me enteré por el Dr. Osvaldo Quintero y luego confirmado en Xenornis, de la noticia del avistamiento de un Ibis Cariblanco en Gamboa. Cual paparazzis de aves, nos fuimos en busca de un retrato digno de la ocasión.
La ocasión: el primer avistamiento de esta especie en Panamá. Todos los ¨birders¨pusimos en agenda prioritaria visitar el lugar para observarlo: una especie nueva para la lista de Panamá, un lifer más en la lista personal y una foto más para la colección. El Ibis Cariblanco tiene un gran parecido, en algunas etapas, con el Ibis Morito, que habita en distintos puntos del país. Casualmente en este mismo momento, pero en la Marina de Gamboa, hay uno, Morito. Realmente ambos son bellos aunque el Cariblanco tiene unos hermosos ojos rojos cual rubíes.
El ave se movía lenta pero continuamente en el área frente al Puente de Gamboa, hacia la orilla, pero no tan cerca. Se alimentaba ávidamente en las aguas poco profundas. Cada tanto, cambiaba de lugar a medida que se formaban pequeños oleajes. Compartía el lugar con un par de gallinazos, jacanas y una garza azul. A pesar de llegar temprano, esperando una suave luz matutina, nos encontramos con un grandioso amanecer…¡y totalmente a contraluz! Esto fue un obstáculo para unas fotos claras.
Minutos antes que saliera el sol… abajo se puede ver el Ibis Cariblanco…
Mientras tanto, volaban muchas golondrinas sobre el puente, una bandada de patos guichichi y varias bandadas de pelícanos también. Entre los bambúes volaban semilleros variables, espatulillas comunes buscando material para su nido y algunas reinitas. También estaba posada una chachalaca entre los bambúes. Pasaron unos Tucanes Pico de iris y Swainson, pero la mañana estaba dedicada casi en exclusiva para el Ibis cariblanco, que permanecía alimentándose, siempre a contraluz.
Al salir de Gamboa, luego de dar una ronda por los alrededores, nos detuvimos en los bambúes para ver si el Ibis Cariblanco se había acercado un poco más a la orilla y en efecto así fue. Nos bajamos lentamente y en silencio para no asustarlo. Tomamos un par de fotografías por 3 o 4 minutos y, sin mucho preámbulo emprendió vuelo, lo cual nos dio unos segundos de oportunidad con un poco más de luz.
Esta otra foto, a pesar de ser fatalmente oscura, la recorté para hacerle un acercamiento de las alas. Lo cierto es que, dependiendo del ángulo o a simple vista, este Ibis podría pasar como un ave chocolate común y corriente, pero la realidad es que tiene un hermoso plumaje brillante y colorido visto con luz.
Y bueno, eso fue todo. He quedado con ganas de regresar y bajar a la orilla para esperar otro momento de luz, pero me asalta la idea que esperando al ibis, a mí me espere un cocodrilo hambriento.
AVISTAMIENTOS 